La Fiesta del Cordero de Litueche se ha consolidado como uno de los eventos campesinos más importantes del secano costero y un verdadero emblema cultural de la comuna. Lo que comenzó hace más de dos décadas como una instancia para destacar el trabajo de los criadores ovinos, hoy es una celebración multitudinaria que reúne gastronomía, tradiciones rurales, exhibiciones ganaderas, música y el encuentro de cientos de familias en torno a una identidad compartida.
Una tradición que crece con la comuna
Litueche ha sido históricamente una tierra de criadores, marcada por su clima, su paisaje y el esfuerzo del mundo rural. Desde sus primeras versiones, la Fiesta del Cordero buscó poner en valor esa herencia. Ya en 2010, cuando se celebró la novena edición, cerca de 15 mil personas llegaron hasta la medialuna local para disfrutar de exposiciones ganaderas, artesanía, domaduras, degustaciones culinarias y espectáculos folclóricos. Fue un año en que la comunidad reafirmó su orgullo, y el entonces alcalde Bernardo Cornejo destacaba que la fiesta había dejado de ser solo un encuentro local para convertirse en “una celebración reconocida en toda la región y el país”.
Ese crecimiento no se ha detenido. Lo que comenzó como un certamen impulsado por criadores y agricultores, hoy es un evento integral que articula al municipio, al sector privado, a organizaciones rurales, a expositores y a toda la comunidad lituechina, que cada año se vuelca a participar y preservar esta tradición.

Cordero: el corazón de la fiesta
En cada versión, el cordero es protagonista. La competencia gastronómica reúne a cocineros locales que innovan en sabores sin perder las raíces de la cocina campesina; la jura ovina exhibe la calidad del ganado del secano; la esquila demuestra técnicas que han pasado de generación en generación; y los seminarios aportan conocimiento técnico para mejorar la producción ovina.
La fiesta no solo honra el oficio: también pone en escena una identidad cultural donde conviven el folclor, la ruralidad y el orgullo por la tierra. El Campeonato Regional Alianza Matrimonial de Cueca, las presentaciones artísticas y la participación activa de niños y niñas —gracias a espacios recreativos implementados en los últimos años— han fortalecido su carácter familiar y comunitario.
Uno de los aspectos más relevantes del progreso de la fiesta ha sido el perfeccionamiento del rubro ovino local. La comuna de Litueche y sus alrededores han desarrollado un sistema productivo adaptado al clima y a la geografía del secano costero, derivando en el establecimiento de la raza Hidango, reconocida por su rusticidad, sabor y adaptabilidad. Esto ha permitido situar a la zona en una posición privilegiada dentro del mercado regional. La exposición ganadera, que cada año muestra ejemplares de alto estándar, es una de las actividades más concurridas por criadores y también por turistas interesados en conocer el trabajo que hay detrás de cada producto.

Una comuna que apuesta por su futuro
El alcalde de Litueche, Rodrigo Palominos Vidal, resalta que la fiesta ya forma parte esencial de la identidad comunal: “Es una muestra de la cultura que tiene esta comuna, que ya por más de 20 años la ha ido manteniendo y resaltando lo que es el cordero del secano. Hoy día tenemos una raza única, la raza Hidango, que se está posicionando muy bien por sus características”.
Agregó: “La Fiesta del Cordero ya es parte de nuestra identidad, y nuestra responsabilidad es fortalecerla, resaltarla y perfeccionarla con el tiempo. Estamos haciendo una apuesta ambiciosa, esperando más de 30 mil personas. Crecimos en espacio y nuestro propósito es seguir potenciando lo que forma parte de nuestra cultura y nuestra esencia rural”.
Su visión apunta a consolidar a Litueche como una comuna que no solo conserva sus tradiciones, sino que las proyecta como un motor de desarrollo local, vinculando turismo, gastronomía, producción ovina y participación de la comunidad.
Hoy, la Fiesta del Cordero es un patrimonio vivo. Cada stand, cada receta, cada baile y cada criador que participa aporta una parte de la memoria campesina de Litueche. Con el paso del tiempo, el encuentro se ha convertido en un símbolo de orgullo, pertenencia y continuidad, reafirmando que las tradiciones se mantienen vigentes cuando una comunidad decide cuidarlas y darles futuro.
Litueche continúa construyendo su identidad desde sus raíces. Y la Fiesta del Cordero es, sin duda, el escenario donde cada año esa identidad se despliega con fuerza y emoción, invitando a miles de personas a reencontrarse con el sabor, la cultura y la historia del secano chileno.


