Cada agosto, Paredones se transforma. Sus calles, su plaza y su iglesia se llenan de música, colores, tradiciones y fe. La Fiesta de la Virgen de las Nieves, su celebración más importante, es mucho más que un evento religioso: es parte esencial de lo que son como comunidad.
Un origen ligado a la fe
La historia de Paredones está íntimamente ligada a la llegada de la imagen de la Virgen de las Nieves al territorio. Hacia 1645, el párroco de Vichuquén, Martín Oyarzún, trajo esta advocación desde el sector conocido como “Las Paredes”, instalándola en una capilla de barro y paja. En torno a este lugar, donde hoy se encuentra la plaza del pueblo, comenzó a gestarse la vida comunitaria.
Este hecho adquiere mayor relevancia al considerar el contexto eclesial de la época. El Obispo de Santiago, Manuel Alday y Aspeé, durante su visita pastoral en 1765, encontró en Paredones una numerosa población indígena aún por evangelizar. Siguiendo la disposición real que ordenaba fundar una parroquia por cada cien vecinos a más de cuatro leguas de otra capilla, se dispuso la creación de un nuevo templo. Así, el 9 de mayo de 1768, se estableció oficialmente la capilla de Nuestra Señora de las Nieves de las Paredes, separándose de la parroquia de Vichuquén. Desde ese momento, Paredones asumió su identidad como doctrina autónoma dentro de la Iglesia Católica, siendo la devoción a la Virgen un pilar central de su desarrollo.

Una fiesta que une historia, fe y cultura
La Fiesta de la Virgen de las Nieves, celebrada cada 5 de agosto, rememora un milagro ocurrido en el siglo IV en Roma: una nevada en pleno verano que marcó el lugar donde debía construirse una basílica en honor a la Virgen María. Este relato, cargado de simbolismo, resuena en el corazón de los paredoninos desde hace más de tres siglos.
Con el paso del tiempo, esta celebración parroquial se transformó en un hito comunal. Hoy, la fiesta se desarrolla durante varios días, integrando actividades religiosas y costumbristas en una verdadera expresión de la identidad local. El programa incluye rosarios, misas, procesiones solemnes y conciertos dedicados a distintos sectores de la comunidad: comerciantes, niños, adultos mayores, huasos, pescadores, catequistas, funcionarios públicos, entre otros.
Además, la dimensión cultural se manifiesta en una feria costumbrista llena de sabores locales, artesanía y música tradicional. Cantores populares, folcloristas y artistas nacionales se suman a una atmósfera donde el mate a la chilena, el almuerzo campesino y la gastronomía típica se viven a manos abiertas. Religiosidad popular y cultura campesina se hermanan en Paredones como en pocos lugares del país.

Más que una fiesta: un eje de desarrollo
Desde la consolidación de la fiesta comunal en 2005, esta celebración ha impulsado no solo el rescate patrimonial y el orgullo identitario, sino también una forma de desarrollo comunitario. El flujo de visitantes, la activación de la economía local y la preservación de la vida cultural de Paredones encuentran en esta fiesta un motor que da sentido al proyecto de vida común.
Hoy, a más de 350 años de su primera celebración y tras 20 años desde que se revitalizó como fiesta comunal, la Virgen de las Nieves sigue siendo una fuerza viva que une a creyentes y no creyentes en torno a la historia, la fe y la tradición.


